Los delitos que consistan en la producción de un resultado sólo se entenderán cometidos por omisión cuando la no evitación del mismo, al infringir un especial deber jurídico del autor, equivalga, según el sentido del texto de la ley, a su causación. A tal efecto se equiparará la omisión a la acción:
a) Cuando exista una específica obligación legal o contractual de actuar.
b) Cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente.
Art. 11 CP
¿Qué nos indica el Artículo 11 del Código Penal?
El Artículo 11 del Código Penal establece las condiciones bajo las cuales una omisión puede ser considerada como la comisión de un delito. Es decir, cuando una persona no realiza una acción que tiene un deber jurídico de realizar y esto provoca un resultado dañino, dicha omisión puede ser equiparada a la acción y ser considerada como delito.
El artículo establece dos situaciones en las que la omisión puede ser equiparada a la acción:
a) Cuando exista una específica obligación legal o contractual de actuar.
En esta situación, la omisión puede ser considerada como delito si existe una obligación legal o contractual de actuar. Esto significa que si una ley o un contrato establecen claramente que una persona tiene la obligación de realizar una acción en una determinada situación para evitar un daño, la no realización de dicha acción puede ser considerada como un delito. Es importante destacar que esta obligación debe estar especificada claramente en la ley o en el contrato.
b) Cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente.
En esta situación, la omisión puede ser considerada como delito si la persona que omitió crear una situación de riesgo para el bien jurídicamente protegido a través de una acción u omisión anterior. Esto significa que si una persona realiza una acción u omisión que crea una situación de riesgo para un bien jurídico protegido, y luego omite tomar medidas para evitar o mitigar ese riesgo, su omisión puede ser considerada como un delito.
En general, el Artículo 11 del Código Penal establece que una omisión puede ser considerada como la comisión de un delito cuando no evitar el resultado dañino equivale a causarlo, y cuando se cumple alguna de las dos condiciones mencionadas anteriormente.
El Artículo 11 del Código Penal: explicación sencilla
Para tenerlo claro y a modo de síntesis, el Artículo 11 del Código Penal establece que una persona puede ser considerada culpable de un delito por omisión cuando tiene un deber jurídico de realizar una acción para evitar un resultado dañino y no lo hace. Esto aplica cuando existe una obligación legal o contractual de actuar, o cuando la omisión de la persona crea una situación de riesgo para un bien jurídico protegido.
En otras palabras, si una persona tiene la responsabilidad de actuar según la ley o un contrato, y no cumple con esta responsabilidad causando daño, o si crea una situación de riesgo y no hace nada para prevenirla o mitigarla, puede ser considerada culpable de un delito.
¿Cuándo aplicaría el Artículo 11 del Código Penal?
El Artículo 11 del Código Penal establece las condiciones bajo las cuales una omisión puede ser considerada como la comisión de un delito. Es decir, cuando una persona no realiza una acción que tiene un deber jurídico de realizar y esto provoca un resultado dañino, dicha omisión puede ser equiparada a la acción y ser considerada como delito.
El artículo establece dos situaciones en las que la omisión puede ser equiparada a la acción:
1. Cuando exista una específica obligación legal o contractual de actuar:
En este caso, la omisión puede ser considerada como delito si existe una obligación legal o contractual de actuar. Es decir, si una ley o un contrato establecen claramente que una persona tiene la obligación de realizar una acción en una determinada situación para evitar un daño, la no realización de dicha acción puede ser considerada como un delito. Es importante destacar que esta obligación debe estar especificada claramente en la ley o en el contrato.
2. Cuando el omitente haya creado una ocasión de riesgo para el bien jurídicamente protegido mediante una acción u omisión precedente:
En este caso, la omisión puede ser considerada como delito si la persona que omitió crear una situación de riesgo para el bien jurídicamente protegido a través de una acción u omisión anterior. En otras palabras, si una persona realiza una acción u omisión que crea una situación de riesgo para un bien jurídico protegido, y luego omite tomar medidas para evitar o mitigar ese riesgo, su omisión puede ser considerada como un delito.
Ejemplos de aplicación del Artículo 11 del Código Penal
1. Accidente de tráfico: Si un conductor tiene la obligación legal de respetar las normas de tráfico y omite hacerlo, causando un accidente que resulta en daños a terceros, su omisión podría considerarse un delito según el Artículo 11 del Código Penal. En este caso, la omisión de seguir las normas de tráfico equivaldría a causar el accidente.
2. Abandono de personas: Si una persona tiene la responsabilidad legal de cuidar a un familiar enfermo y omite brindarle la atención necesaria, provocando un empeoramiento de su salud o incluso la muerte, su omisión podría ser considerada un delito. En este caso, la omisión de cuidar al familiar equivaldría a causarle un daño.
3. Incendio provocado: Si alguien provoca un incendio de forma intencional y luego omite tomar medidas para evitar que se propague y cause daños a terceros, su omisión podría considerarse un delito. En este caso, la omisión de no controlar el incendio equivaldría a causar daños a terceros.
4. Negligencia médica: Si un profesional de la salud tiene la obligación legal de brindar una atención médica adecuada a un paciente y omite hacerlo, resultando en un empeoramiento de la condición de este último, su omisión podría considerarse un delito. En este caso, la omisión de no brindar la atención médica necesaria equivaldría a causar un daño al paciente.
5. Incumplimiento de contrato: Si una empresa tiene un contrato con un cliente que establece claramente ciertas obligaciones a cumplir, y la empresa omite cumplir con dichas obligaciones, causando un perjuicio al cliente, su omisión podría considerarse un delito. En este caso, la omisión de no cumplir con las obligaciones contractuales equivaldría a causar un perjuicio al cliente.
Estos ejemplos muestran cómo el Artículo 11 del Código Penal se aplica en situaciones donde una omisión puede equipararse a la comisión de un delito, siempre y cuando se cumplan las condiciones establecidas en dicho artículo. Es importante tener en cuenta que cada caso es único y debe ser analizado individualmente para determinar si se configura un delito por omisión según este artículo.